miércoles, 15 de enero de 2020

Gárgaras de Almorrajino.

(Historia corta del año 2019)

Verbena popular, Almorranijo de los Montes Sacros.

Las luces de discoteca, de una gama cromática no apta para todos los públicos, iluminaban el húmedo y mohoso antro al igual que al cochambroso camino en forma de desgastada carretera de pueblo, que ya se había cobrado sus más de 33 víctimas en los menos de 50 años que tenía la pedanía de Ciudad Estropajo.
Se dirigían caminando al tugurio Ficho Bonáez y su risueño amigo el tuerto, Gonzo Gonórrez, cuyo apellido descendía de un antiguo bulo de que a su tataratataratatarabuelo Higo le traspasó la horrorosa enfermedad Yuliana Windeldorf, la hija de la costurera, que venía de Alemania buscando trabajo tras la Guerra del Copón, donde se dice que ese Adolfo Pistacho la lió bien parda. Volviendo a nuestra desgraciada historia, los dos mozalbetes iban con una sonrisa de ceja a ceja, ilusionados los ¡oh, pobres infortunados! con que en esa fiesta de interés mundano iban a encontrar ¡por fin! una buena moza de anchas caderas y cabellos rollizos que llevarse a casa y ser vistos como hombres de provecho antes los decrépitos ojos de sus padres. Ambos progenitores se conocieron y lucharon en la Guerra antes mencionada, hicieron buenas gavillas y forjaron una amistad que, como ustedes ven, heredaron sus infames hijos.

-¡Pero mira las decoraciones del techo, Ficho! ¡Son tan bonitas...!
-Gonzalito, nos vas a avergonzar delante de todo el pueblo, inútil.

Al oír sus reconociblísimas voces de gallo, uno de los mayores gavilanes de la escuelita de Doña Espanto mandó parar la deglutible música, si tiene el honor de poderse llamar como tal, y se dirigió, no sin antes subirse el pantalón cual paquetón apretado por las costuras de la prenda, hacia los más escuálidos y famélicos paletos de la región. Se detuvo, alzando su gran polla, y dijo:

-¡Mira a quiénes tenemos aquí! ¡Si son El Hombre Polilla y su intrépido secuaz Van Vómito!
-¡No tenemos miedo de tu cipote, guilipolas!
-¡Calla, insensato!--¿quieres que nos crujan vivos?

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