Día 5 de la cuarentena
Si estáis leyendo esto, es que las cosas han vuelto a la
normalidad. Quién me iba a decir que iba a añorar tanto mi monotonía. Que iba a
ansiar regresar a clase con mis compas y subir la cuesta de la Alcazaba. Que
iba a echar de menos los menús de la cafetería, la rutina de mi horrible
horario. Que iba a sentir que el mundo se paraba. Que iba a ser testigo de la
verdadera naturaleza de algunas personas. Que iba a tener que reñir a mi abuela
por venir a visitarme. Que iba a estar todos los días pendiente del telediario,
a ver cómo ha evolucionado la crisis. Estamos en crisis. Y habrá muchos que
sólo presten su preocupación a la caída de la Bolsa y esas mierdas que no
entiendo. La gente está muriendo. Sí, no es una enfermedad tan grave, pero
todavía siguen existiendo las demás. Y tal vez no haya camas para todos. Y
mientras tanto, los borregos se abalanzan en estampida a por las cosechas,
pensando en sí mismos. ¿Y qué hay de los sin techo, de las personas que ya antes
estaban jodidas? Y qué hay de la gente que pierde a sus seres queridos y no
pueden salir de sus casas. Y qué hay de esas familias de mierda que no se
merecen serlo, porque para ellos nunca has significado nada. La humanidad no se
conciencia de que lo que era un meme ya es una tragedia. Que los problemas ya
no les pasan sólo a los otros. Que no somos los putos protagonistas de la
serie. Que las cosas se joden y cambian. Que nada es eterno y no somos
conscientes de ello. Primera crónica de la cuarentena y ya empiezo derrotado.
Pero no son todo tinieblas. También hay peña que da lo mejor de sí. Los
artistas regalan su arte, los vecinos juegan al bingo y aplauden a los médicos.
Hacemos de este tiempo algo productivo y tocamos música, dibujamos después de
meses, nos ponemos al día con el inglés, escribimos como hago yo ahora.
Escribe, da cariño, vive el tiempo con los tuyos. Siéntete humano.
Miguel Ángel Pagador Martín
aka. GoldenWarrior 99
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